Monday, January 10, 2011

Nidera (II)


Aunque esperabamos una respuesta de Nidera, la respuesta llego en una editorial del diario La Nacion del sabado (aca). Leemos:
"Nidera negó los citados cargos en forma terminante. Señaló que empleó a 133 trabajadores provenientes de la localidad de Ojo del Agua, Santiago del Estero, quienes arribaron a su lugar de trabajo el 15 de diciembre pasado y se alojaron en casillas instaladas al efecto, con provisión individual de colchones y adminículos de trabajo a cargo de la empresa. Explicó que, del total de operarios, había 19 menores de entre 16 y 18 años de edad, que contaban con la autorización legal de sus padres para desempeñar las tareas para las cuales estaban contratados o acompañados por ellos. Precisó que la contratación fue por 15 días, que se efectuó "con estricto cumplimiento de los requisitos que detalla la ley de trabajo agrario" y que se paga un promedio de entre 2500 y 3200 pesos por trabajador. Asimismo, negó que las condiciones de las viviendas fueran precarias y que el personal contratado estuviera impedido de salir del campo."
Ademas, La Nacion enfatiza que otras empresas del sector que contratan trabajo temporario del mismo tipo, reunidas en la Asociación de Semilleros Argentinos, han manifestado su rechazo a las denuncias.
El argumento central de La Nacion se expresa en el ultimo parrafo:
"El trabajo rural podrá merecer diferentes opiniones, pero se encuentra sujeto a un marco legal que debe ser respetado, al tiempo que existen organizaciones sindicales que velan por el cumplimiento de las normas en vigor y por su permanente mejoramiento. En el caso que nos ocupa, cabe preguntarse si, tratándose de un trabajo migratorio, de pocas semanas, abonado en blanco y contratado de acuerdo con las leyes respectivas, se justifica la calificación de esclavitud y reducción a la servidumbre que se ha deslizado contra determinadas empresas agrícolas. Es de esperar que cualquier investigación de la Justicia y de la autoridad de aplicación de las leyes sea llevada a cabo con la suficiente imparcialidad, dejando de lado toda contaminación política o ideológica."

Es decir, el razonamiento es que si las practicas laborales de Nidera se ajustan a derecho y cuentan con el respaldo de las organizaciones sindicales del sector, no son moralmente objetables, aunque puedan tenerse sobre ellas "diferentes opiniones".
El argumento es endeble. Pero los lectores que comentan en la nota (asumiendo que son mas de uno y que de verdad leyeron la nota), la descalifican sin comprenderla y usando ad-hominens. Y la respuesta de Verbitsky en la tapa de Pagina/12 de ayer (aca) equivoca el camino y en lugar interpelar criticamente a la legislacion laboral, se empeña en destacar los vinculos de la empresa con lo que el periodista considera "prensa opositora" y en descalificar al gremio de los trabajadores rurales, "casualmente" alineado en el peronismo disidente (en esto no se diferencia de los foristas de La Nacion "indignados" por la opinion del diario, al que acusan de defender los intereses del sindicalismo rural...)
Mas interesante es la nota de opinion del ministro Tomada en la misma edicion del diario, porque hace explicita esta agenda del periodista (aca). Aunque, a tono con las discusiones de estos tiempos, se preocupa mas por la cobertura y opinion que de estos temas hacen los "diarios opositores" que por describir los hechos y aportar testimonios de los dos actores.
Escribe Tomada:
"Vamos a actuar con todo el rigor de la ley (porque fue nuestro gobierno el que sancionó la Ley 26.364 sobre el delito de trata de personas), porque nuestro proyecto tiene convicciones políticas, que se sustentan en la justicia social, la ampliación de derechos, la reparación de la deuda social y en más y mejor trabajo para todos y todas. A eso no pensamos renunciar."
Buena idea. Aunque si es verdad que las practicas de Nidera se ajustan a la ley laboral, el ministro deberia preocuparse mas por esas leyes que por una nueva ley sobre el delito de trata de personas. Si los hechos denunciados son reales, la acusacion es grave y el comportamiento de Nidera es condenable, cualquiera sea la letra de la ley y los intereses de los que atacan y de los que defienden.

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